La presentación de la comida es más que un simple emplatado, es una extensión de tus habilidades culinarias. Un plato bien presentado no sólo debe ser delicioso, sino también un placer para la vista, que despierte apetito y se nos haga la boca agua antes del primer bocado.
Cierto es que dominar el emplatado puede parecer realmente difícil pero con nuestra guía completa podrás entender mejor las técnicas y los conocimientos básicos para transformar tus platos en obras maestras comestibles que tentarán tus papilas gustativas y atraerán la atención de tus invitados.
El lienzo y la paleta
Tu plato es tu lienzo y tus ingredientes son tu paleta vibrante. Es importante considerar la interacción de colores, texturas y formas para crear armonía visual.
- Psicología del color: aprovecha el poder del color. El rojo evoca pasión y calor, mientras que el verde significa frescura y salud. Use colores que contrasten para hacer que el plato destaque, como ejemplo un pesto vibrante con un ricotta marfil.
- Sinfonía textural: juega con texturas para agregar profundidad e intriga. El pan rallado crujiente junto con la polenta cremosa o los delicados brotes de guisantes sobre vieiras asadas crean un delicioso contraste de texturas.
- Formas y líneas: no tengas miedo de ser creativo con las formas. Dispón las verduras cortadas en patrones geométricos o utiliza salsas un poquito espesas para dibujar líneas y círculos, añadiendo un toque artístico
- jugar con el Volumen: Aquellos emplatados en platos llanos o pizarras es conveniente darles un toque de volumen poniendo una teja crujiente en vertical (o apoyada en otra teja) o bien poner unos pocos brotes que te gusten encima del producto principal. Se trata de elevar a los ojos la altura del plato.
Composición y equilibrio
Piensa en tu plato como una mini obra maestra, donde cada elemento tiene su lugar. Al igual que un pintor, utiliza los principios de composición para hacer que el plato sea visual y de buen gusto.
- La regla de los tercios: divide tu plato en tercios, tanto horizontal como verticalmente. Coloca su punto focal, como la proteína, en uno de los puntos de intersección para una composición visualmente equilibrada.
- Guiando la vista: utiliza señales visuales para guiar la mirada del comensal alrededor del plato. Un chorrito de salsa puede llevar al ingrediente principal, mientras que una ramita de hierba llama la atención sobre una guarnición oculta.
- Espacio negativo: abraza el poder del espacio vacío. No abarrotes tu plato. Dejar algo de espacio negativo permite que los elementos individuales respiren y realza la elegancia general.
Forma y tamaño
Elegir en Decomenaje.es la vajilla adecuada puede hacer que un plato pase de bueno a excelente, abriendo el apetito y creando una impresión duradera. Con varias formas, tamaños, colores y materiales es necesario saber utilizarlos correctamente para poder crear presentaciones artísticas de comida.
- Por forma: los platos redondos son clásicos y versátiles, ideales para exhibir elementos centrales como un pollo perfectamente asado o una hamburguesa imponente. Los platos cuadrados ofrecen un toque moderno, perfectos para platos deconstruidos o ensaladas compuestas geométricamente. Los platos rectangulares añaden dramatismo y dirección, ideales para platos de pasta largos y fluidos o aperitivos ensartados.
- Por tamaño: es igualmente importante. No uses un plato enorme para una porción minúscula (da la sensación de escasez) pero tampoco abarrotes el plato de comida. Deja suficiente espacio en blanco alrededor de los bordes como si de un marco de un cuadro se tratara, esto llamará la atención y evitará la sobrecarga visual.
Cuando tienes invitados en casa y quieres dar un toque distintivo al evento, un buen emplatado en una vajilla bonita y de tamaño adecuado puede darte muchas buenas opiniones positivas. No hace falta ser un chef experimentado pero si tener en cuenta los pequeños trucos que te hemos compartido
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